
Al llegar a este punto, definitivamente experimentas una sensación de satisfacción y felicidad con el arduo trabajo y el esfuerzo que has invertido junto con tus socios y miembros del equipo. Sin embargo, existe un alto riesgo de que hayas aprendido tanto de los detalles de tu proyecto, que dejes de ser objetivo y honesto sobre su efectividad. A veces se te ocurre olvidar que cuando estás con el agua al cuello, ¡la misión era drenar el pantano! ¿Existe alguna forma de evitar decepcionarse con la opinión del evaluador a largo plazo? Bueno… ¡la hay!
Ahora es el momento de dar un paso atrás en tu pasión por el éxito y tratar de ponerte en el lugar de tu futuro evaluador, la persona que evaluará tu propuesta de proyecto y decidirá su destino. Hay una amplia gama de formas de pasar por este proceso, una de las cuales es contratar a un consultor profesional, pero… ¿realmente tienes los recursos para ello? Tus socios y tú ya son un grupo fuerte, con el mismo objetivo: ¡la aceptación de propuestas! Lo que ahora deben hacer es revisar su propuesta nuevamente e intentar evaluarla a través de los ojos del evaluador.
¡La mejor herramienta a utilizar es el método de puntuación ya establecido por el donante! Intenta aplicarlo a los capítulos de tu propuesta, mira cuáles son tus puntos débiles o fuertes y haz las mejoras necesarias. Si no existe tal guía de puntuación, intenta evaluar tu propuesta explorando los tres factores más importantes de tu proyecto: PROCESO, IMPACTO y RESULTADO.
Antes de perderte en el espacio, intenta aplicar los cinco criterios de evaluación que indicarán el nivel de éxito de su propuesta:
- Relevancia – ¿Qué tan relevante es tu propuesta para los objetivos del donante?
- Eficiencia – ¿Cuán bien respondes a las prioridades del donante?
- Eficacia – ¿Qué posibilidades hay de que produzcas los resultados deseados?
- Impacto – ¿En qué medida vas a influir en los grupos implicados?
- Sustentabilidad – ¿Cuánto tiempo esperas que duren los resultados y cómo los vas a conservar?
Por supuesto, estos se consideran los titulares de tu proceso; llamémoslo el punto de partida, y se refiere principalmente al contenido que has compartido en tu aplicación. Definitivamente hay una serie de otras preguntas que completan el rompecabezas:
- ¿Respondes adecuadamente a las solicitudes del formulario de aplicación?
- ¿Eres claro y preciso en tus respuestas?
- ¿Ofreces todos los detalles necesarios para explicar tus planes?
- ¿Cumples con los requisitos, prioridades y objetivos de tu donante?
…Y la lista continúa.
Para realizar la tarea correctamente, intenta seguir este sencillo proceso:
- PASO 1: Divide tu equipo en grupos mixtos (preferiblemente miembros de diferentes organizaciones asociadas).
- PASO 2: Divide el formulario de solicitud en secciones, de acuerdo con el contenido (ej. descripción, metas y objetivos, actividades, presupuesto, resultados, seguimiento, entre otros…).
- PASO 3: Asigne cada sección a un grupo (preferiblemente a un grupo que no haya estado involucrado masivamente en el desarrollo de esta sección).
- PASO 4: Solicita a los grupos que evalúen sus secciones de acuerdo con los criterios que hayas establecido y compartan comentarios para mejorar (sería útil si deciden el método de puntuación de antemano como grupo, en caso de que el donante no lo proporcione).
- PASO 5: Reúnanse de nuevo como equipo, revisen las puntuaciones y los comentarios y realicen las mejoras necesarias en su aplicación.
Este proceso puede ser bastante exigente y desafiante y definitivamente necesita mucha fuerza y objetividad.
Integrando la autoevaluación en el desarrollo y la gestiónde un proyecto requiere ciertas actitudes y habilidades, esencialmente |
· Compromiso con el cambio y el desarrollo · Voluntad de ser abierto y autocrítico · Determinación a lograr resultados prácticos · Comprensión del valor del trabajo en equipo · Competencia en la autoevaluación. |
Así que… ¡sé fuerte y hazlo!